Frutas, mujeres, paisaje, vitalidad, melancolía y misterio parecen ser los ejes básicos de su alquimia.
Signos claramente escogidos inundan su obra creando una sensación vitalista bastante fuerte y poderosa.
La obra de segundo huertas es profundamente americana, expresando la vida y los hechos de un tiempo y un espacio particular. Un peruano que se radica definitivamente en Neiva, luego de un particular recorrido andino. -"Vine a Colombia como Seminarista franciscano, estuve trabajando en Neiva, creamos las bases para un seminario pero a los seis meses de estar en el, decidí que ese no era mi camino y me retire por que lo que quería en mi interior era pintar, sentía que esa era mi vocación.."- Segundo Huertas.
Desde ese entonces, la pintura es su vocación, desarrollada mediante el estudio, la selección y la transformación de un motivo por pintar. De ahí surgen esos seres a los que el ha dado tal amalgama de vida, que van entre lo consciente y lo instintivo. Seres colocados la mayoría de las veces de espalda a la tierra mestiza que los vio nacer, mirando la tierra ancha y ajena, divina en mínimas parcelas que ellos mismos nutren: zapotes, chirimoyas, patillas, melones, plátanos, frutas carnosas y todos los prodigios vegetales nuestros, que llenan las canastas que descienden a los mercados semanales en las plazas de nuestros pueblos.



Por otro lado están las mujeres campesinas: melancólicas, eternas, atávicas. Ellas representan el lado subterráneo de un pueblo que desgarro al inca Garcilaso de la Vega y le destrozo la historia bajo sus pies.
Estas mujeres en su silencio y distanciamiento de siglos nos hablan del abandono y del olvido. En ese sentido mas que peruano es trabajo, es andino y americano, al reflejar de una manera indirecta una realidad llevada con sabia dignidad.
" Me inicie profesionalmente como escultor de lamina y chatarra al lado del maestro Emiro Garzon. La primera exposición que realice la hice con figuras de chatarra, una de las cuales se encuentra en la Universidad Sur Colombiana. Luego Ingrese a la Escuela de Artes y comencé a experimentar con manchas y colores ..
Reconozco mi deuda con Tamayo, Orozco, Rivera y tantos otros grandes maestros latinoamericanos, de los que tanto he aprendido. Pienso que en mi trabajo existe un poco de esa verdad permanente y vital. Pero también están los primitivistas de mi América, el enorme legado popular que poseemos. Creo que estoy logrando trasmitir su esencia" - Segundo Huertas

Nota: Estos Fragmentos son tomados de la Revista - INTERIORES Ambientes Exclusivos. Edición No. 18.